4 de mayo de 2012

Insomnio

No consigo dormir y me vienen a la mente los sucesos de las últimas semanas.

Entre otros,  los líos con la casa real.

Me viene a la mente la imagen de la Infanta Elena saliendo del hospital con su madre, después de haber estado con su hijo. Agradeciendo a los periodistas que preguntaran por su hijo. Su sencillez, su dulzura, su saber estar. Sin malas caras, ni comentarios culpando a nadie sobre lo ocurrido ...




Tiene más o menos mi edad.

Creo que su saber estar ante un hecho tan imprevisto ha sido impecable.

No soy monárquica, como casi ningún español.
Tampoco republicana, si eso supone que pueda haber el menor lío.

El Rey nunca me ha caído mal, como a la mayoría de los españoles. Es muy campechano, dicen. De tanto repetirlo, ya se ha convertido en un chiste. Por esa razón, porque el Rey siempre ha caído simpático, hay muy poca gente en contra de la monarquía, aunque haya muy poca gente monárquica.

Nunca he entendido que en estos tiempos, el heredero de la corona fuera el hermano pequeño por el hecho de ser varón ( Gracias a Dios que en España no se discrimina a las mujeres). Ya sé que la monarquía se rige por unas normas determinadas.

Las normas, cualquier norma, se puede cambiar. Y si lo que aprecia la gente de la monarquía, aunque no sea monárquica, es su simpatía, su cercanía..., en ese caso, personalmente, encuentro mucho más cercana a la Infanta Elena, la primogénita, que a su hermano. A Leticia, su mujer, la encuentro "pluscuamperfecta del subjuntivo", demasiado perfecta para resultar cercana,. Más que demasiado perfecta, forzándose en que todo sea perfecto.
A Elena la encuentro perfecta porque en la perfección tiene que haber imperfección.
Me resulta cercana, agradable, campechana.

Y aunque su hermano se supone que está más preparado para según que cosas, estoy convencida de que Elena, si no existiera tanta discriminación para las mujeres en todos los ámbitos y no fuera rechazada precisamente por la mayoría de los hombres para ser la Jefa del Estado, si no hubiera prejuicios, y si se viera su lado humano y se dejara a un lado el hecho de que sea mujer, haría un papel tan bueno como el que ha hecho su padre  por España. (Casi seguro que no iría a cazar elefantes).

Creo que en el caso de que siga la monarquía, ella debería suceder a su padre y Froilan a ella, que por cierto es, a mi modo de ver, el mayor tesoro que tiene la realeza. Ese chiquillo travieso que tiene la misma cara que su madre.