Un ser vivo es un ser que nace,
crece, se reproduce y se muere.
Las personas somos seres vivos,
pero somos los “MÁS”, nos diferenciamos del resto en que nacemos, crecemos,
envejecemos, igual nos reproducimos (mejor no) y hacemos todo lo posible por no
morirnos. Sobre todo los que somos auténticas personas, los europeos, los
occidentales, los del primer mundo.
Nosotros somos conscientes de que
hay superpoblación, de que el planeta tiene recursos limitados y de que no cabe
más gente. Y cómo ya estamos bastantes que no tenemos ninguna intención de
morirnos… No vamos a traer más gente al mundo y sobre todo, no vamos a permitir
que otros lo hagan.
Hay que concienciar a la gente
sobre el control de natalidad. La perdición de cualquiera es llenarse de hijos
a los que hay que dar de comer y cuidar y no te dejan disfrutar de la vida.
Vamos a ser realistas, si la
población mundial se multiplica, la situación se vuelve insostenible.
Y aquí estamos, con lo listos que
somos, en una situación insostenible.
La situación que se ha dado en
España ha hecho de los dichosos pisos, no un lugar al que pudieran acceder los jóvenes
y formar una familia, sino un producto especulativo. Y estamos donde estamos.
Muchos culpan de esta crisis al
ciudadano de a pie, al que se compraba un coche más caro que el del vecino. En
otras épocas y en otras culturas es más, el que más hijos tiene. Somos muy
manipulables, muy manejables.
Y podemos estar agradecidos a que
hay gente que sabe, que controla y que tiene capacidad para decidir por donde
llevarnos.
Deberían desarrollar más esos
estudios que están realizando para evitar el envejecimiento.
¡A ver si consiguen dar pronto
con el tratamiento y consiguen hacerlos inmortales! Merece la pena investigar
ese campo, porque hay mucho personal por el mundo que sería una pena que
acabara en la tumba. Se les debe proteger, inmortalizar de verdad y
convertirlos en patrimonio de la humanidad.
Hoy se ha visto por televisión
algo digno de que el mundo se parara en seco. Hemos visto cómo a una mujer
china le obligaban a abortar a una criatura totalmente formada, a punto de
nacer.
Siempre se ha oído y se ha sabido
que en China se han hecho barbaridades con los controles de natalidad.
Pero lo que hemos visto hoy creo que
ha sido lo más horrible que he visto en toda mi vida y no será porque no se ven
cosas.
¿Cómo puede haber personas con
tanta osadía? Dueños y señores sin límite de la vida de los demás. ¡Es increíble! Pero, desgraciadamente, es verdad.
Ya lo advirtió Malthus hace mucho y pocos hicieron caso, que la superpoblación era un problema. Somos unos siete mil millones de personas y hace medio siglo eramos la mitad. Es un crecimiento brutal.
ResponderEliminarHay un grave exceso de población otra cosa es que esté mal repartida. Hay zonas despobladas y en otras, están como piojos en costura.
Además, mucha gente se reproduce como si fueran conejos. No meditan entre otras cosas, que aparte de la superpoblación, está el asunto de que traen gente al mundo sin pedirle permiso.
A todos nos han traído al mundo sin pedirnos permiso (si hubieran esperado a pedir permiso a la gente para traerla al mundo, no hubiera habido nadie para pedir permiso a nadie… o sea que llegamos al absurdo).
ResponderEliminarLo horrible es que a algunos los matan sin pedirles permiso, sin ningún derecho, contra todo instinto no ya humanitario, sino contra todo instinto incluso animal.
De verdad, si son capaces de matar a alguien porque hay demasiada gente, u ordenar que se mate a alguien justificándolo con que hay un exceso de población. ¡Qué se maten ellos! ¡Qué todos los que son capaces de ordenar y de ejecutar la muerte de un inocente, sin pedirle permiso, qué se maten ellos!
Y con todos mis respetos a Malthus, que no lo controlo yo mucho en estos momentos, por mucha validez que tengan sus conocimientos, todo va cambiando, todo evoluciona y los científicos tampoco son infalibles.
¡Es un horror!
Es una excusa, cada vez estoy más convencida de que los humanos sentimos mucho asco hacia nuestros semejantes.
“El hombre es un lobo para el hombre” y aunque la frase es de alguien muy célebre, en estos momentos no recuerdo su nombre. ¡Es igual!