¿Ajo y agua?

Aunque da la sensación de que en este momento no estamos para pedir nada que no sea ajo y agua.

Digo que da la sensación porque nos bombardean con noticias que no tienen ni pies ni cabeza, pero consiguen que tengamos una sensación de inseguridad y desprotección y de no saber a qué atenernos … La situación de la gente de nuestro entorno y la de uno mismo puede no ser buena: estar en paro…., cierre de empresas…, no poder pagar la hipoteca …

Pero la muestra que tenemos es muy pequeña y creo que salvo alguna excepción, tampoco estamos viendo cosas que nunca antes hubiéramos visto.

Las noticias son de terror. Y la causa: la explosión de la burbuja inmobiliaria era algo que se esperaba hace mucho. No tenía sentido que los pisos subieran de precio a ese ritmo, que algunos hicieran semejantes negocios con la compra-venta de los pisos. Ahora son productos tóxicos. Y todo bajo la regulación de grandes expertos.

Por compararlo con algo que estos días es noticia. A mí no me cabe en la cabeza que la gente disfrute viendo el futbol. No le encuentro ningún sentido. No tiene ni pies ni cabeza.

Pero tampoco entendería que dentro de 4 años el fútbol hubiera perdido todo interés para todo el mundo, que fuera un deporte al cual no se le hiciera ningún caso. Que nadie conociera los equipos ni los nombres de los futbolistas.

En tan poco tiempo, ¿Pueden cambiar tanto las cosas?

Pues visto como  se desarrollan los acontecimientos, no me despido de ver algo así.

Bueno, a lo que iba es que aunque parece que no estamos para pedir más que ajo y agua:

Hoy, en “la crisis sistémica”, a raíz de un post que hablaba sobre los recortes en sanidad, Bucan (Bucannegro) ha hecho un comentario que copio literalmente:

“¿España tiene una gran sanidad pública? Grande si es pero buena.... Por eso están los especialistas privados con gente haciendo cola. Montones de gente ha de acudir a ellos para que les diagnostiquen bien y les indiquen los tratamientos adecuados.

 Que la Administración sea empresaria del sistema hospitalario público es una ruina. Sus empleados cobran igual si te curan como si no. Si la palmas, un estorbo menos. En la privada, el paciente es un cliente. Esa diferencia es todo en medicina.

 Una cosa es que ciertos servicios sean a costa de impuestos y otra es que la Administración sea la empresaria. Cada cual debería poder ir al médico que quisiera y la factura a la Seguridad Social. Así no estarían cobijados jetas en la sanidad pública.

La sanidad pública como está ahora, es insostenible. Y eso que mucha gente que tiene Seguridad Social recurre a los seguros privados, que si no sería el acabose.”

Y aunque es algo muy duro y cuando acudimos al médico generalmente nos atienden bien, hace mucho que acudir a urgencias es un horror, que las listas de espera para una intervención quirúrgica son una vergüenza (mucho antes de que estallara la crisis). Es verdad que mucha gente acude a la sanidad privada si se lo puede permitir o si ha estado pagando un seguro. Tampoco la medicina privada hace milagros y en todas partes se muere la gente. Pero sí es cierto, desde mi punto de vista el 99,9%, de lo que dice ese comentario.

Personalmente y por desgracia, tengo casos muy cercanos, como para escribir un libro, sobre malas praxis médicas y sus secuelas.

La sanidad en España es la mejor del mundo sobre todo cuando estás sano.

También conozco personas que han vivido en Roma y en Alemania y que se horrorizaban ante la idea de ponerse enfermos allí, sobre todo en Roma.

En cualquier caso en medicina, en ocasiones se necesitan unos medios, unos aparatos y una tecnología que requiere de inversiones muy importantes y que no sería fácil que se hicieran de forma privada en forma “masiva”. Pero racionalizando ese tipo de inversiones… sí sería bueno que hubiera competencia.

Y con educación pasa lo mismo. Acabo de leer un artículo en el que protestaban, los que están en contra de la educación concertada, porque los alumnos con problemas debían acudir a la pública, ya que la concertada seleccionaba a los alumnos.

O sea que la educación concertada se puede permitir el lujo de elegir a los alumnos. Hay más alumnos que quieren acudir a la concertada que los que pueden acceder a ella.

Resulta extraño y digno de estudio, teniendo en cuenta que en los centros concertados los profesores trabajan más horas y cobran menos que los profesores de la pública. Además de que no tienen la seguridad del puesto de trabajo que tienen los funcionarios.