Al cabo de un rato hemos salido a
dar un paseo y comprar alguna cosa en el supermercado. Al pasar por la puerta
de una entidad bancaria de la cual somos
clientes por lo cerca que está de casa y por lo amables que son las personas
que trabajan en ella, salía un matrimonio, no eran ancianos, pero sí con
suficiente edad como para estar jubilados y tener nietos.
Tenían el aspecto de personas
cumplidoras, poco reivindicativas, de las que hacen lo que se supone que hay
que hacer… gente normal, gente de bien. El salía fuera de sí, gritando, dando
voces, se oían también voces desde dentro mientras le cerraban la puerta.
Justo pasábamos por delante en
ese momento, y no he podido contenerme al ver al señor que salía casi expulsado
de la entidad, enojado, asustado, y me ha salido la pregunta de forma
espontanea: ¿preferentes?
Se ha desahogado un poquito con
nosotros: ¡Me acabo de enterar! ¡Ahora me ha sacado este papel! ¡Ahora! ¡Hasta
ahora yo no sabía nada! Y me mostraba un papel en el que indicaba que eran
preferentes de una gran empresa española (no eran de un banco). ¡Perpetuas! Repetía
con un genio y un coraje y un estar fuera de sí… que te dejaban el corazón
hecho un puño. ¡Ha llamado a seguridad! Decía no dando crédito a lo que acababa
de ocurrirle.
Le he sugerido que reclamara en atención al cliente, que
posiblemente le devolvieran el dinero, que en algunos casos lo habían devuelto.
Pero el hecho de que alguien que
no ha vivido por encima de sus posibilidades tal y como incitaban los bancos a
hacer. Alguien que ha sido previsor, que no ha gastado más de lo que ha podido,
que se habrá evitado muchos caprichos, pensando que con la edad tal vez pueda
necesitar algo de dinero por si tiene una enfermedad, por si con la pensión no
le llega para cubrir gastos, por si sus hijos se quedan en paro y necesitan de
su ayuda… por mil cosas que pueden suceder.
No es alguien que haya pensado: a
mí no me va a pasar y si necesito algo para eso está el Gobierno para
proporcionarme todo lo que necesito. ¡A vivir que son dos días!
No, se ha privado de muchas
cosas, posiblemente no haya ido todos los veranos a la playa, ni haya cenado
todos los sábados fuera de casa…
La mujer estaba como ausente,
como si no fuera con ella, no reaccionaba. Parecía como si estuviera viendo una
película que no le interesara mucho.
No sé, a veces pienso, más de una
vez, que con el rollo de las preferentes lo que pretenden es matar a los
jubilados a disgustos y ahorrarse las pensiones. ¡No tiene sentido! Yo no se lo
veo.
Además, de Guindos dice por
televisión que ese producto no se tenía que haber colocado a particulares, que
se colocó a particulares cuando las instituciones ya no las querían. Se podía
haber ahorrado ese comentario, y haber dicho que ya iban a buscar una solución
y pedir un poco de paciencia y tranquilidad, por ejemplo.
¡En fin! He querido creer por la mañana que igual empezaba a
salir el sol, pero nada más salir de casa ha caído un buen chaparrón.
A la vuelta he visto como los dos empleados de la oficina salían
del trabajo y se iban a su casa. No me gustaría tampoco estar en su piel. Son personas
amables. No sé porque razón tienen que verse envueltas en semejantes líos.
Esto es lo que hay.
Las preferentes son generalmente deuda perpetua de las empresas que las emiten. Pero comienzan pagando grandes intereses. Cuando la gente cobraba por un depósito un 1% o 2% como mucho, las preferentes pagaban 6% o más.
ResponderEliminarNaturalmente, la gente ya es adulta para saber que cuando en algo te pagan el doble o triple de interés de lo que te pagan normalmente en un depósito, es que hay gato encerrado. El gato encerrado de las preferentes es que se venden en el mercado secundario si quieres recuperar el dinero. Y si los intereses generales del mercado han subido, como sucede ahora, las preferentes caen de precio y pierdes parte del capital.
Pero si los intereses normales actuales hubieran bajado, las preferentes hubieran subido en el mercado secundario y los que se quejan no estarían haciéndolo.
O sea, que me parece que muchos se quejan demasiado para ver si sacan algo de su aventura financiera. La gente quiere cobrar intereses por encima de la media sin asumir los riesgos.
Otra cosa es que esos productos deban venderse a particulares o que se haga sin la debida información. Y los empleados que las colocaron no son angelitos como puedas creer. Son los que venden el producto y saben bien lo que están haciendo. Y son a veces los que hurtan la información, que sí viene en los folletos. Incluso la CNMV obligó a hacer constar que eran deuda perpetua y tenían riesgo en función de la evolución de los tipos de interés. Ojo, que si la situación actual se apaña y los intereses caen, las preferentes pueden remontar en el mercado secundario. Otra cosa es que las preferentes sean de una Caja que acabe en quiebra y no valgan nada.
En fin, que lo que quería decirte es que sin la torticera colaboración de los empleados de oficina, no se hubiera podido vender preferentes en la cantidad que se ha hecho. Y que la gente no es tan tonta como se hace. Si pagan dos o tres veces el interés normal, es que hay un riesgo y eso ya lo sabe hasta el Tato hoy día. Porque ya son muchos los casos que han sucedido, como el de los famosos sellos.
Si están pagando normalmente el 2%, como puedes creer que te paguen el 8%. Es que hay tigre encerrado. Yo conozco a uno que estaba metido en eso de los sellos y le pilló. Me confesó que sabía que era un montaje piramidal, pero que no creía que se desmontara, es decir, que pensaba que siempre habría gente para ir añadiendo a la rueda.
No sé, habrá de todo.Gente que se ha pasado de lista, buscando un interés alto y sabiendo a lo que se arriesgaba, pero es un producto complejo, no se le puede colocar a cualquiera.
EliminarY sí, ya se ve que los que empleados de banca no son angelitos, pero ¿tan malas personas?¿Tanta gente? Se han colocado muchas preferentes a gente que no tenía por qué alcanzar a entender el producto.
¿Les han presionado demasiado para colocarlas? ¿Les han lavado el cerebro?
Son entidades bancarias, deben tener una protección hacia el cliente. Cuidar la marca. Cuidar su imagen. Dar confianza.
No es una inversión en sellos o en Rumasa. Creo que las entidades bancarias deben dar mejor imagen.
Y además también ha habido preferentes que se han colocado a bajo interés, aprovechándose del despiste del cliente.
Lo¡de las preferentes es la medida de este país de chorizos y sinvergúenzas y también porque no decirlo de borregos. Si el primero que engañaron hubiera ido con una recortada al banco y se hubeira cargado al amable empleado y sobre todo al director. Nunca mas se les habría ocurrido estafar a la gente.
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